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21 Y se puso furioso, y mandó arrestar a los sacerdotes con sus mujeres e hijos.

Entonces ellos le mostraron la puerta secreta por donde entraban a comerse las cosas que había sobre la mesa. 22 El rey los mandó matar, y le entregó el ídolo a Daniel, quien lo destruyó, lo mismo que a su templo.

Daniel mata la serpiente y se salva de morir

23 También había en Babilonia una enorme serpiente, y la gente de la ciudad le daba culto.

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